Desde Data Centre World, iniciamos “DC Power Talks” una serie de entrevistas exclusivas con los líderes que están dando forma al futuro del sector. En los próximos meses, iremos publicando conversaciones con algunas de las voces más influyentes de la industria, tratando temas clave como el crecimiento del mercado, la sostenibilidad, la innovación tecnológica y las estrategias de inversión.

En esta primera entrega, hablamos con José María Guilleuma, Director de Data Centers en Colliers, firma líder en consultoría inmobiliaria para centros de datos, para descubrir qué factores determinarán la evolución del sector en los próximos años.

¿Cómo prevés que evolucionará el crecimiento del mercado de centros de datos en la Península Ibérica después de 2026? ¿Cuáles serán las próximas regiones estratégicas más allá de Madrid, Barcelona y Aragón?

El crecimiento del mercado de centros de datos a partir del año que viene va a depender de la habilidad de comisionar los proyectos en cartera que a su vez dependen principalmente de acelerar el “permitting” y la puesta en servicio de las acometidas eléctricas ya aseguradas. La puesta en marcha de estos proyectos en desarrollo ya mostrará un cambio significativo en las magnitudes del mercado de la península.

Más allá de dichos proyectos en cartera, el crecimiento del sector en un horizonte 2030 dependerá de cómo resulte la nueva planificación de la red de transporte y la rapidez de su puesta en marcha. Más allá de Madrid, Barcelona y Aragón hay que estar atentos a plazas como Valencia, Málaga o Bilbao y también a la respuesta comercial de los proyectos deslocalizados en busca de disponibilidad del binomio suelo-potencia en escala y en un calendario competitivo.

Más allá del crecimiento de la inteligencia artificial y la demanda energética, ¿qué otras tendencias inesperadas o disruptivas podrían impactar el mercado de centros de datos en los próximos cinco años?

La Inteligencia Artificial ya es un cambio suficientemente disruptivo con el que lidiar durante los próximos años. Estimamos que la habilidad con la que sortear los rápidos cambios tecnológicos con los no tan rápidos ciclos de desarrollo de los centros de datos será clave a la hora de capturar cuota de mercado o de conseguir entrar en un mercado donde se está intensificando la competencia gracias a nuevos actores.

Con la saturación de Madrid y Barcelona, ¿qué criterios clave están utilizando los inversores para identificar las próximas ubicaciones estratégicas? ¿Qué riesgos emergentes están evaluando antes de tomar decisiones?

La primera es tener claro qué tipo de servicio se puede desarrollar en estas nuevas ubicaciones y si realmente hay demanda para ese tipo de proyectos. A partir de ahí se tienen que valorar los mismos criterios que en cualquier ubicación ya probada: disponibilidad de suelo finalista, potencia, fibra y capacidad de escalar el proyecto. La cuestión es que en según que ubicaciones no es obvio encontrar las tres cosas.

La colaboración entre el sector público y privado es esencial para el desarrollo de infraestructuras críticas. ¿Qué iniciativas o políticas públicas considera fundamentales para fomentar el crecimiento sostenible de los centros de datos en la región?

Efectivamente, la colaboración público-privada es esencial. La iniciativa privada tiene que hacer un mayor esfuerzo si cabe en educar al ciudadano de lo que es un centro de datos y de su importancia para la economía digital y el sector público tiene que convencerse que esta industria supone una oportunidad enorme para el país. A partir de ahí, todas las medidas que ayuden a aportar más certidumbre (sobre todo en plazos) al sector privado conseguirán la ejecución de más inversiones. Y se trata de una tarea que afecta a todos los estamentos: desde la administración local hasta el gobierno central.

En los últimos meses, se ha hablado de una posible especulación en el mercado del suelo para data centres, con precios en aumento y una competencia creciente entre inversores. ¿Crees que estamos ante una burbuja en la adquisición de terrenos estratégicos, o todavía hay margen para un crecimiento sostenible en la Península Ibérica?

Nosotros estimamos que ya hace meses que los proyectos especulativos no se transaccionan, entendiendo como especulativo la simple acción de conseguir potencia en cualquier ubicación. Incluso en zonas prime un proyecto no genera interés si la línea eléctrica, a pesar de estar asegurada, tiene un coste inasumible o el calendario de disponibilidad de ésta tiene demasiadas incertidumbres. Esto es consecuencia de una mayor sofisticación tanto de los vendedores como de los compradores. Solo los proyectos bien gestionados desde su inicio y orientados a poder desarrollar un centro de datos son realmente interesantes para inversores y operadores.

Dado este creciente interés por la adquisición de suelo para data centres, ¿cuál es la estrategia de Colliers para asesorar a inversores y operadores en la identificación de ubicaciones clave y la mitigación de riesgos?

Para nosotros es crítico poder participar desde las primeras etapas de un proyecto con potencial. Pensamos que cualquier propietario de suelo tiene que invertir en el proyecto de centro de datos como si lo fuera a construir. La regulación con los avales para la petición de potencia ya apunta en esa dirección. Existe un valor claro en la generación de proyectos viables para centros de datos y el nuevo marco regulatorio de acceso a la demanda entendemos que incentivará los modelos de colaboración entre desarrolladores y promotores de proyectos con los operadores e inversores industriales, sobre todo en las ubicaciones prime.

Mirando hacia el futuro, ¿cuáles son los principales desafíos y oportunidades que identifica para el mercado de centros de datos en la Península Ibérica, y cómo planea Colliers posicionarse para liderar en este entorno dinámico?

Creo que durante los últimos años se ha realizado una labor ingente con resultados muy positivos para posicionar a la península ibérica como una alternativa real en Europa a los mercados FLAP-D tradicionales. Ahora vamos a entrar en una fase en la que se tienen que poner en marcha muchos proyectos que demuestren que la demanda latente que se intuye es verdaderamente real. Nosotros como Colliers queremos ayudar a nuestros clientes a identificar y valorar proyectos viables y realizables, siendo conscientes del entorno de mercado de escasez de oferta en el que nos encontramos.